lunes, 8 de septiembre de 2008

Por un hacking más transparente

Mr I/O [blackhat4all@gmail.com]

A kind108 mi novia, por demostrarme que ser como soy es algo especial.

Nota: Esto no es otro manifiesto h@cker

¿Qué es un h@cker?

Aun no lo se, creo que es alguien en una dimensión más allá, un modelo, una utopía, la aspiración, el jedi de la mente de una biónica traducida a impulsos por – los dedos – ecuaciones matemáticas y lógicas mas allá de algunos periféricos, protocolos, e interfaces, un wizard de la matrix – uno más – un redentor anónimo en mundo virtual.

¿Cuándo seré un h@cker?

Tal vez nunca y no me importa. Solo se que existo, más allá del código, o de las funciones, con las que interactúo con objetos que no existen en el mundo real, mientras manipulo entornos que no están en ninguna lado. Existo, luego pienso.

Este es mi reino de hadas. El paraíso interior, el de las mentes maestras. Que comparto con otros como yo, y con algunas plagas y otros maleficios tal vez indeseables, Dios nos hizo, y la Electrónica – más bien la Física – nos unió, y nos hizo comunidad.

Soy un tipo normal, pues vivo como todos un par de vidas: una pública, modelo de la común donde voy a fiestas – cuando puedo – hago deportes y tengo sexo con chicas, pues me divierto como alcanzo, en la cual trabajo y sufro decepciones como todos, y de todo ello me alegro pues es sinónimo de que estoy vivo.

Pero tengo otra – igual a todo el mundo – privada, donde me divierto más y me siento más a gusto, en un mundo donde la gente media e incluso mucha de la gente de la otra media – la media de esto que se hace llamar TIC – no me entiende, donde pienso distinto y me siento mejor.

¿Qué eres? ¿Qué es un h@cker?

Me revuelvo en la pregunta, pues la realiza una núbil diosecilla de la desnudes y los keyboards en la tranquilidad de una cama, y no se muy bien que responder.

El dinero es una mercancía, el trabajo del hombre es otra. El dinero es necesario, es útil, pues es cierto que vivirás con el sudor de tu frente como está escrito en algún texto antiguo, y debes conseguirlo para poder vivir. Por tanto el dinero se cambia por trabajo.

Pero si el dinero se vuelve demasiado importante para uno, y para conseguirlo no te importa estafar a otros – eso incluye robar – te sacaste automáticamente del paraíso de los h@ckers y te conviertes en un pirata, en un mercenario más de la larga cola de los triunfos a medias, esa que encabezan los Gates multimillonarios, lo siento pero frágil criatura si vives así ya no eres un h@cker.

Solo eres entonces alguien más en la fila de los colonizadores de este mundo de las nuevas tecnologías, y serías aun peor que ellos, pues ni siquiera posees las patentes que supuestamente te hacen dueño de algo – o de todo.

Tengo vicios naturalmente, soy humano, algunos me toman de las manos y me conducen a camas donde duermo con dos chicas de vez en vez, otros me destrozan los pulmones con nicotina y otras mierdas – algunas radiactivas – que habitan en la punta roja de mis cigarrillos.

Otro me obligan a superarme – el vicio de la lectura – que me arrastra desde revistas técnicas a la literatura universal, convirtiéndome en un devorador de bytes de información que almaceno en un disco duro que no se cuando se llenará. Y aunque juego también, este no es un espacio vital en mi vida, es solo un pedacito de luz de la extraña filosofía que rumio, es la ultima parte, más me interesa el making of, el código públicado, robado, o simplemente emulado.

Así que si del juego solo me interesara el ganarlo para ponerlo en una colección de victorias virtuales, no sería siquiera un aspirante, sería solo un gambler, un gamer, un vicioso más del ciber_ludo.

No me jacto – aprendo a vivir en el clandestinaje, el mejor aliado es pasar sin ser percibido – vivir sin alardear de que haber roto no se que contraseña – sin hacerlo siempre que se pueda – sin activar no se que proxialgo – peligroso software – en una work station estatal – o en la de alguien – que te podría meter tras las rejas porque el delito informático existe y está legislado.

Por ello – y por respeto (y cautela) – no me doy gloria banal frente a una masa de analfabetos de segundo tipo, una masa de no conocedores a los cuales por lo general nunca nadie les explica como se hace, ya que quien lo hace conoce en el fondo que no ha hecho nada y si enseña los trucos que aprendió – o le enseñaron – hasta ahí llegará su nombre y su reputación de h@cker.

Se – sin embargo –que la magia esta en un código, compilado tal vez en tierras lejanas, que para colmo quizás he robado o alguien lo hizo por mi, que tenía dentro encriptado en binario las llaves de la puerta que estaba aparentemente cerrada. Y que sin saberlo un perezoso administrador – cuidado roots – ha dejado entornada.

Pobre criatura aquellas que tratando de llegar a sitios para alardear desconocen – en su ignorancia mortal – como otros personajes con más blancas u oscuras intensiones, que sin utilizar software – aprendices de lo poco que pueden o profesionales de la incursión – se han movido por las paredes invisibles de los cables, navegando en los canales, con comandos añejos por el desuso – al conocer el vocablo estudiar y haberlo hecho su bandera – que sentados frente a negras consolas, ven el tentador mundo prohibido – al infinito y más allá – sin dejar trazas, o dejando algunas realmente incomprensibles para los estupefactos “ingenieros” a los cuales no voy a definir pues ya alguien explicó quienes eran – que tienen que quitarse el sombrero y guardarlo frente a novicios del arte tan capaces, algunas veces adolescentes, y para nada genios.

Por ello no soy simplemente un cracker – pero no confundirlos con la otra especie que admiro – o sea, no soy solamente un password cracker, sin tener la menor idea de lo que ha hecho, y que tan solo posees una pizca de inteligencia que le permite entender – a veces de forma mecánica – como funciona alguna herramienta informática – si tu eres uno no te sientas mal pues eres dichoso, tu masa encefálica funciona bastante bien, recuerda que mucha gente tiene acceso a ellas y no saben siquiera como echarlas a andar – y que la usa para beneficio individual.

Lo peor de ser un cracker de sistemas no es serlo, el más grande es envolver a terceras personas que no son lo que tú eres, y que sin embargo ya son como tú, pues tú usas su nombre.

Los otros crackers – de los que tampoco soy parte – son otra cosa, son los magisters de la ingeniería inversa, los crackeadores de programas, los bucaneros, los desmontadores de códigos, la gente del soft-ice y otros desensambladores, los reyes del binario y del hexa – saludos a estos chicos y chicas que admiro por su constancia – que no tendrían que ser ladrones – si, ladrones, es la palabra correcta – si nos moviéramos en ambientes más libres – viva el ñu.

No soy un phreacker, ni siquiera a medias – tampoco un pirata de la phibra – se como funcionan los teléfonos y celulares, conozco los programas con que se liberan estos últimos, no tienen nada del otro mundo, tan solo es que no están escritos en tu español – y como casi ni hablas bien este, como vas a entender la bárbara lengua de los anglosajones – también conozco de otros programas que sirven para otras cosas que un día meterán en problemas a más de un tonto. Pero no poseo estas armas en mi modesto arsenal de guerra.

Yo prefiero mantenerme limpio, y dejarme estafar a sabiendas, que estafar a otros mientras robo un servicio que no es mío, pues me basta con saber que la sin par tecnología por la que nos cobran un ojo de la cara, ya debía ser gratis pues todos los capitales invertidos ya se han pagado con creces, y sin embargo sigue siendo tan cara, como si a diario se pusieran en orbita más satélites para hacer mejor y mas eficiente este servicio. Me niego a ingresar en ninguna de esas nóminas de ladrones que conozco bien.

Creo en la doctrina del copy left, del software libre, del comunismo digital, y creo debiera aplicarse a más cosas. Soy un fanático defensor de la libertad de la información, de la lucha contra las brechas digitales. Y creo en el derecho a la existencia de derechos – y (of course) patentes menos restringentes – que permitan a los desposeídos poder vivir, pero no apruebo la piratería, que por desgracia si he practicado, pues he tenido que hacer cosas para poder vivir.

Aunque me hubiera gustado serlo – no nací con ese talento – no soy electrónico de la arquitectura inversa – ni de los de la improvisación de la reparación de equipos, pobres locos que entregan sus equipos a los empíricos electrónicos del desastre – aunque mi título universitario incluye esa palabra, hace siglos que no ejerzo y el estar ocioso oxida los dedos y el cerebro, pues la práctica crea la perfección.

No soy un diseñador de nada, no me hallo frente a ese arte menor que es la publicidad, ni sus derivados de arte kitch como fotomontajes y demás malezas, no creo en el photoshop ni en ningún otro software semejante, no soy editor de videos de nada, aunque domine quizás bastante de formatos de imágenes, sonidos y sus amalgamas en movimiento. Esto tampoco es lo que yo hago aquí, indudablemente no soy de la farándula cibernética, lo cual no quiere decir que no sepa como hacerlo.

Tampoco me corroe el fanatismo a Micrososft, ni de Apple, ni a IBM, ni a AMD, no he jurado aun esas banderas. Estos no son equipos de fútbol, son transnacionales del quinto poder, y puedes apostar que a ninguna de esa gente le importará robarnos o aplastarnos – si fuera necesario – para poder llegara su meta. Por ello no juego en su equipo de grandes estafas y fraudes – averigüen antes quienes son estos tipos y vean como se hicieron ricos.

Al final de lo que estoy seguro es de no saber quien soy, pero si tengo claro que cosa no soy, y estoy orgullosos de ser quien soy y de no ser lo que no soy, – cualquier cosa que sea – dentro de un mundo tan revuelto que la mayoría no sabe que es, al creer que es alguien que no es – engañado por la propaganda seudo_filosófica de una informática más sencilla (?).

O encerrado en las tierras donde la gente no sabe quien es, al estar perdidos en imitar y tratar de ser quienes no son. Se por donde camino, y lo duro que es, conozco las consecuencias de los actos que día tras día activo al interactuar con los eventos que se me abalanzan, conozco la caída, el dolor y el levantarme.

Solo se que nadie es dueño del conocimiento – pues es propiedad de todos – que nadie debe cobrar por la información; me veo solo como alguien que vive por y para las máquinas, que se siente bien aprendiendo de su arquitectura, de sistemas operativos, de programación y telefonía, pero que aun después de 25 – ¿tantos ya? – años frente a ellas aun no se siente listo para ser llamado h@cker aunque algunos desde siempre me hayan puesto la etiqueta.

Etiqueta inútil que aunque reconforta y te llena de placer, quiebra estatus y te vuelve peligroso y sospechoso de delitos por cometer, ante personal calificado para darte trabajo. Entonces pagas el precio de la popularidad y no te ofrecen puestos, o cuando lo hacen personas convencidas de tu talento, te encuentras en la base de la cadena alimenticia – y de los trabajos – y tus ideas – ¿para qué las quieres? – no valen nada, pues no serán llevadas a ninguna práctica más allá de un Forum de base.

Cuando los de arriba – casi siempre seres sin talento – demuestran la verdad de la ley gravitacional que plantea que las materias más pesadas se mantendrán pegadas al suelo y con grandes posibilidades de caer, mientras las más livianas cabezas – sin cerebros en la mayoría de los casos – vuelan hasta el estrellato, y deciden que tu propuesta no sirve, pues no la entienden.

Eso soy, lo que lucha y se mueve, lo que se adapta para seguir reptando, en el afán de conocer y no quedar atrapado en la ignorancia, pues ser cultos es el único modo de ser libres. Para ello leo, y cada día leo más.

Pero ¿Quién eres tú?

Siéntate entonces y piensa, mueve tus neuronas, focaliza que parte tomas tú en este submundo, y que parte es la que aspiras a formar, entonces levántate, trázate metas, se lo que eres y lucha por llegar a donde quieres, date tu nombre y úsalo con orgullo. Pues cada quien es lo que es, y el tratar esforzadamente de ser otra cosa te lleva a ser mejor persona.

Solo un par de consejos más para terminar esta retórica: no te categorices como h@cker, ni dejes que nadie lo haga, puede cerrarte las puertas en buenos trabajos mañana, tampoco le niegues la ayuda a aquellas criaturas torpes que se mueven en nuestro mundo aunque te parezca estúpido que alguien no pueda aprender a dar formato a un documento, a hacer una tabla o simplemente a grabarlo en un dispositivo extraíble, no te asombres ni molestes, la realidad es más asombrosa que la ficción.

Vive tranquilo y piensa que no existen barreras, solo las hay en tu mente, por eso estudia, para que formes parte mañana de este nuevo underground cubano, una tierra virtual cada día más transparente, cada día más segura.



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