lunes, 30 de junio de 2008

¿Por qué no migro a Linux?

Ariel-NM [blackhat4all@gmail.com]

HELP!!

Inicio este artículo con un llamado de ayuda. Y si pido ayuda es porque estoy necesitado de algo; en este caso, de información. Si hay algo incierto en estos párrafos, ¡que me saquen de la ignorancia, por favor! He leído más artículos acerca de las bondades de Linux que las veces que he reinstalado el Windows (que ya es mucho decir); sin embargo, Windows sigue ahí y Linux sigue clamando por ocupar su puesto. ¿Qué sucede? ¿Tan inercial es la mente humana? ¿Acaso es cierto que el Hombre es un animal de costumbre (y, a veces, más animal que de costumbre)? ¿No son evidentes las bondades de Linux y las maldades de Windows?

He aquí mi punto de vista

TORTILLA DE TORTILLA

Por largo tiempo Linux fue un “sistema implícito”, es decir, un sistema “en sí y para sí” porque sus desarrolladores de dedicaban en cuerpo y alma a desarrollar y perfeccionar… al propio Linux. Y es evidente que solo con un sistema operativo –por ideal que este sea– no se puede llegar muy lejos. Es como anunciar que acaba de inaugurarse un restaurante de Alta Cocina donde se ofrece un variado menú a base de tortilla natural, tortilla con pan, tortilla sin pan, tortilla con tortilla… ¡Todo es tortilla!

En otras palabras: Linux como sistema operativo superó a Windows desde el primer instante en solidez, flexibilidad, seguridad… además de las ventajas de todo software open source. Muy bien: si mi trabajo consistiese en atender un servidor y garantizar que los datos fluyan entre mis clientes como agua por cañería y que no penetre en el sistema ni un simple virus de la gripe, ¡viva Linux! El Apache resultó toda una revelación pero resulta que no todo en la vida es Apache: también hay Sioux, Iroqueses, Mohicanos… Y hasta Taínos y Guanahatabeyes…

Por su parte, muchas instituciones científicas comenzaron a desarrollar por montones sus propias aplicaciones sobre Linux y desde el primer momento les fue de maravillas. Sin embargo, me pregunto para qué podría servirme, por ejemplo, un “Simulador retro-cuántico matricial de la alpha-fetoproteína levógira”…

LOS MALOS DE LA PELÍCULA

Es evidente que Bill Gates es el malo de la película: quiere estar en todas y ganarle a todos. Y su producto insignia, el Windows, es lo más execrable que haya surgido sobre la faz de la Tierra. Menos mal que es así… porque recuerdo varios eventos cubanos sobre software libre en los cuales todo el mundo llevaba sus presentaciones en Power Point, sí ese mismo, el programa de los malos… :D Era la época en que, salvo las aplicaciones de redes y aquellas desarrolladas para asuntos muy específicos en ciertas instituciones, Linux seguía mejorando a Linux. ¿Qué podían hacer los que no querían dedicarse a la conectividad o las investigaciones científicas?

Entonces llegó la época de imitar a los malos. Y ante el Office Maléfico, vino el Open Office. Y surgieron multitudes de X-para Linux, donde “X” era el equivalente maligno. Solo faltó que se inventara el Windows para Linux.

¡Vaya creatividad, que ni siquiera les enmascaraban los nombres!

SOLO PA’ MACHOS

Otra de las desventajas que acusó Linux por largo tiempo es que no se separaba ni un milímetro de la interfaz de abuelito Unix: la consola.

A los programadores les encantan las líneas de comando (los códigos, como suele decirse, aunque la palabra código desborda con creces ese significado). Los carpinteros adoran los clavos, martillos y serruchos: es su trabajo, su oficio, y resulta en verdad enaltecedor ver cómo nace un hermoso y cómodo mueble a partir de unos trozos de madera en bruto. Pero no creo que al carpintero le resulte muy agradable tener que construir la silla y la mesa cada vez que se sienta a comer. O la cama, a la hora de dormir. Las prefiere ya hechas.

Lo mismo ocurre con los usuarios. Un diseñador, por ejemplo, tiene en mente líneas, planos, colores, perspectivas… y la musa colgando de un hilo, a punto de escapársele. Si al sentarse ante la PC tiene que enredarse con líneas de comandos ahí mismo se fue la musa a bolina. Es como si el pintor tuviese que armar sus pinceles pelo a pelo antes de pintar. Si soy yo, desisto ahí mismo.

Sin embargo, Linux padeció por largo tiempo de una casi absoluta carencia de interfaces gráficas amigables. La razón proviene fundamentalmente de que Linux es un coto de programadores más que de usuarios. Y los programadores se sienten muy felices ante una consola llena de comandos, puro blanco y negro. No precisan de nada más.

Cierta vez, un idiota acabadito de graduar de Informática en la CUJAE llegó a la UCI afirmando (cito): “Las interfaces gráficas no son pa’ machos”

C: habrase_visto.exe semejante.dat –co –me k^2?

Para cerrar este ítem, cito aquí a un colega:

“El trabajo con las distro de Linux permite "reciclar" el conocimiento, pues cuando se trabaja en modo consola debemos, en muchas ocasiones, acudir a los conocimientos adquiridos con ya casi desterrado y olvidado MS-DOS puesto que muchos de los comandos (y algunas variaciones de estos) de éste se utilizan en la consola de G/L.”

Sí: Siempre he afirmado que un buen campista nunca deberá olvidar cómo hacer fuego frotando dos palitos o entrechocando piedrecitas. Aunque tenga una caja de fósforos a mano. No es eficiente pero nadie podrá negar que resulta entretenido.

YA ESTOY EN LINUX… ¿Y AHORA QUÉ?

Anjá: me mudo para Linux, me quito de encima la candanga de tener que reinstalar el sistema operativo cada dos meses por corrupciones internas y externas. Y adiós a los autoexes de las memorias flash. Y vengan troyanos, que los voy a convertir en durofríos.

Pero tengo un “problemita”: yo no soy programador (ni quiero serlo): soy diseñador y animador 3D. Y compongo o arreglo música. ¿Dónde consigo, por ejemplo, el “3D Studio para Linux”?

Alguien podría argumentar: pero allá funciona el Maya. ¡Y tienes el Blender, que es gratis! Pero resulta que yo no quiero trabajar en Maya ni Blender. No me da la gana. (Además, para trabajar en ambos, particularmente en Blender, tendría que afiliarme a un gimnasio y practicar planchas con los dedos anular y meñique de la mano derecha para no atrofiarme con tanto clic derecho y arrastre de clic derecho, otra herencia de abuelo Unix).

Si mudarme de casa implica cambiar de cama, me quedo donde estoy aunque me despierten las goteras. Es como que me inviten a disfrutar de las ventajas de vivir en Australia con la condición de que tengo que divorciarme de mi mujer y casarme con un canguro. Pues no.

Y lo mismo que ocurre con 3D Studio me sucede con Endorphin, Texture Marker, Dark Tree, Mudbox y tantos otros que no corren en Linux ni tienen equivalente allá. Y fíjense bien que dije equivalente, no un paliativo “pa’ ir tirando”. Lo barato no puede salir caro.

A PAGAR ALLÁ

En un artículo español parcialmente reproducido en BlackHat se enumeraban otras ventajas:

1. Total gratuidad:
Que se preocupen los españoles. Yo soy cubano. Y pagaremos las piraterías cuando nos paguen las dos Demandas (que ya han crecido en monto desde entonces): una por daños y perjuicios a la economía y la otra por daños y perjuicios a las personas.

2. Enormes facilidades para reproducir música y videos, miles de juegos que corren de maravillas, amplias ventajas para manipular imágenes (digamos, crear álbumes):
¡Excelente! Excelente para amas de casa o niños bitongos (léase: mantenidos por mamá y papá) que tienen computadora pero no tienen absolutamente nada que hacer excepto ver peliculitas, oír musiquita y jugar, sobre todo eso: jugar. Mucho ocio. Las personas que se dedican a crear algo útil disponen de muy poco tiempo para el juego y el ocio en general. En cuanto al manoseo de la música, el video y las imágenes nunca Windows me ha dado una buena razón para negarlo. ¿O acaso Linux permite escuchar música en cuadrafonía con un solo altavoz?

3. Posibilidad de –si tienes dudas– conectarte al primer foro que encuentres y ¡ya está!¡Qué bruto soy! Cada vez que intento conectarme a un foro de Linux me sale una página de Infomed explicándome generosamente las causas del Access Denied…

SIN-CLUSIONES

Para un operador de servidores Linux es la solución. Decir red segura y eficiente es decir Linux. Para los que quieran programar libremente (incluyendo mejorar o alterar programas ya establecidos), Linux –y el software libre en general– es la solución. Incluso, para los que le tienen envidia a Bill Gates o se recomen los hígados porque nunca han podido entrarle el diente al kernel de Windows u otras aplicaciones, Linux será el Diazepam con la dosis exacta.

Pero no nos llamemos a engaño porque Linux y el software libre no serán LA SOLUCIÓN (así, absoluta y con mayúsculas) mientras no encontremos en esa plataforma los equivalentes (equivalentes, que no “aspirinas”) de aquellas aplicaciones que llevan aaaaaños de experiencia y kilómetros de carretera, y que son, a fin de cuentas, las que han movido el mundo de la informática.

Y seamos francos de una vez: contando solamente con un sólido sistema operativo no iremos ni de aquí a la esquina. Y no basta con que las peliculitas y jueguitos corran de maravillas, que eso, a fin de cuentas, no da frijoles. Y tampoco podemos pretender que salten a Linux los usuarios que –hoy por hoy– no encuentran contrapartida real a las aplicaciones de Windows que emplean a diario en su campo (y sin pretender, además, que al cambiar de plataforma, ya de paso cambien de cama y de cónyuge), por muy satisfechos que algunos se sientan con lo que hoy se tiene ahí.

“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea”, dijo Martí. Y algunos “aldeanos” creen que al tener todos sus problemas resueltos en Linux (“problemas” que muchas veces se reducen a la música, los videos y los juegos) eso es también válido para todos. No puedo sino reprimir una sonrisa ante el triunfalismo de quienes predicen un inminente fin de la Era del Windows.

Cuando encuentre mis aplicaciones (o su “X–Valente”) corriendo en Linux, cuando definitivamente las líneas de comando queden tan escondidas, locales y esporádicas como el “CMD” en Windows (a pesar de lo macho y gratificante que resulte hacer fuego con palitos), cuando no tenga que pedirle a un amigo que rastree cómo hacer las cosas en los foros de Internet, entonces seré yo el primero en regalarle todos mis CDs a un camionero para que los cuelgue en el parabrisas junto a “un corazón y el nombre de ella”.



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