lunes, 21 de mayo de 2007

¿Quién domina Internet? (I)

ZorphDark

Los grandes inventores y soñadores que nos antecedieron en la historia de la humanidad jamás pudieron imaginar que en la segunda mitad del vigésimo siglo se desatara un fenómeno sin precedentes. Las ocho letras que pasaron a conformar su nombre integraron los resultados del trabajo de miles de científicos e investigadores que contribuyeron a su concepción y desarrollo. Internet ha traído consigo grandes progresos, novedosos medios de comunicación, un modo de pensar y de hacer las cosas con mayor eficiencia y, sobre todo, ha formado una nueva cultura que junto al ciberespacio se encuentra en constante evolución.

Pero hay un detalle de esta poderosa estructura que nos sorprende a todos: Internet no existe como una entidad independiente, no pertenece a ningún gobierno, a ninguna organización, por lo que carece de un centro de control. Es algo asombroso, pero su arquitectura impide que sea de otra forma. Su funcionamiento se basa en la interconexión de miles de redes que se encuentran distribuidas a lo largo de nuestro planeta.

Entonces, ¿quién domina Internet? Para poder responder esta incógnita es necesario hacer un poco de historia.

Sus inicios…

Aunque surgió como resultado de un programa estratégico llevado a cabo por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados (ARPA) del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, en la actualidad Internet no se asemeja mucho a la concepción inicial de sus creadores.

En medio de la guerra fría, los norteamericanos, en su paranoico temor de convertirse en el escenario de un conflicto bélico, iniciaron ese proyecto de consecuencias impredecibles en aquellos años. Bajo la dirección de J.C.R. Licklider, el objetivo preliminar de la futura red sería constituir un sistema descentralizado de transmisión de datos, donde las estaciones tuviesen autonomía propia y pudieran conectarse entre sí por diferentes vías. De este modo, en caso de guerra, la destrucción de varios puntos de conexión no afectaría a los demás y se mantendría en funcionamiento la red.

Pero desde el 2 de septiembre de 1969, día en que se instaló el primer conmutador de paquetes en la Universidad de California y nació ARPAnet, esta red se utilizó fundamentalmente con fines investigativos y no militares. En aquellos tiempos sólo gozaban del privilegio de conexión las universidades donde trabajaban los científicos e ingenieros estrechamente vinculados a este proyecto. La transmisión de información digital sobre líneas dedicadas de alta velocidad entre nodos ubicados a grandes distancias era una novedad muy codiciada. Para tener una idea de esto, en diciembre de 1969, tres meses después de su surgimiento, sólo 4 supercomputadoras de un costo millonario constituían ARPAnet.

El tráfico de datos en aquel entonces estaba bajo el estricto control del personal que trabajaba en su desarrollo. El uso que se le daba a esta red estaba claramente definido y supervisado, debido a que las normas y protocolos que regían el transporte de datos eran bastante exigentes. Los nodos eran administrados por personas experimentadas y el acceso a las computadoras con conexión era muy limitado. En 1971 existían ya 14 puntos a todo lo largo de Estados Unidos y uno en las islas Hawai.

¿Seguridad en las redes?

A medida que se expandía este novedoso fenómeno y más personas tenían acceso a las redes de área amplia, comenzaban a surgir varios problemas. Uno de ellos y el más importante era el de concebir medidas de seguridad efectivas, que impidieran fundamentalmente el acceso a la información restringida. Luego de la creación e implementación del NCP (Network Control Protocol o Protocolo de Control de Red) en los nodos de ARPAnet, los usuarios podían desarrollar aplicaciones de red. Esto significaba un gran avance, pero también podía ser empleado con fines contraproducentes, lo que agravaba la situación anterior.

Al integrarse el correo electrónico -desarrollado por Ray Tomlinson en 1972- como un servicio de red, el procesamiento de datos dejó de ser lo único que se realizaba en las redes de larga distancia. Ahora los investigadores estaban usando ARPAnet para intercambiar información y colaborar en sus proyectos. Los responsables de controlar el tráfico de datos por la red muchas veces se enfadaban cuando ésta se utilizaba para discutir sobre asuntos personales, pero realmente muy poco podían hacer. La dificultad surgía a la hora de cuestionar qué era importante y que dejaba de serlo en el envío de notas y mensajes particulares. El problema se intensificó cuando poco después surgieron los mailing lists (listas de correos) y los newsgroups (grupos de noticias), que permitían a un gran número de usuarios intercambiar información acerca de un tema en específico. En ellos se podía hablar desde libros, música o ciencia-ficción hasta asuntos exclusivos de adultos. A medida que el número de servidores, personas y escritos era más formidable, se hacía más difícil e incluso imposible registrar e inspeccionar todo lo que se transfería por los sistemas de comunicación digital.

Internetting

A principios de la década de 1970, con la proliferación de diversos tipos de red, como las de transmisión de paquetes por satélite o por radio, se hizo indispensable la concepción de un modelo estándar para poder interconectarlas. Hasta ese momento, el único modo de enlazar redes distintas era mediante la conmutación de circuitos, que permitía intercambiar bits sincrónicamente a lo largo de un circuito que unía ambos extremos. Pero la idea de una red de arquitectura abierta, que enlazara un grupo de redes individuales, diseñadas y desarrolladas de acuerdo con los requerimientos específicos de sus usuarios, hizo a Robert Kahn ampliar las fronteras de sus ingenios. Cautivado con el propósito de interconectar ARPAnet con PRNET (Packet Radio Network o Red de Paquetes de Radio) de la Universidad de Hawai y con SATNET (Satellital Network o Red Satelital), le pidió a Vinton Cerf que trabajara con él en el diseño de un nuevo protocolo. Como resultado surgieron el TCP (Transmission Control Protocol o Protocolo de Control de Transmisión), que se dedicaba al control de flujo y la recuperación de paquetes perdidos y el IP (Internet Protocol o Protocolo de Internet), encargado de direccionar y reenviar los paquetes. Ambos formaron el conjunto TCP/IP, que fue presentado oficialmente en una conferencia del INWG (International Network Working Group o Grupo Internacional de Trabajo sobre Redes) en la Universidad de Sussex en septiembre de 1973.

Mediante la adopción del TCP/IP por las redes existentes y por las que iban surgiendo poco a poco, comenzaba a hacerse realidad el revolucionario concepto Internetting (“entre redes”). Cerf y Kahn demostraron sólidamente las posibilidades que brindaba la interconexión de distintos tipos de redes a nivel internacional en el año 1978. Cinco años después, tras la estandarización global del TCP/IP, comenzó a acelerarse el incremento del número de servidores, por lo que hubo que reestructurar el diseño y algoritmo de enrutamiento de los gateways o puertas de acceso a redes que utilizan diferentes protocolos. Consiguientemente, se dificultó la comprensión de los rotulados y direcciones de los nodos de Internet. En ese mismo año, 1983, Paul Mockapetris y otros colegas desarrollaron el DNS (Domain Name System o Sistema de Nombre de Dominios). Este cómodo servicio se instauró al año siguiente, permitiendo memorizar las direcciones de los servidores en forma literal en vez de las complicadas rutas IP y asignar nombres de dominios para identificar la categoría de la red (.com, .org, .edu, .net, .mil, .gov).

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